viernes, 7 de diciembre de 2007

"La obsesión de Ayala"

Otro de los actos que tuvieron lugar durante las fiestas pasadas, fue la presentación del libro "La obsesión de Ayala" del escritor Jesús Piñeiro. El acto estuvo presentado por Antonio Viñuales, y resultó un acto bastante entretenido para los asistentes. Una introducción muy bien preparada, en la que se hablaba de lo que es el género del libro, la novela negra, con el sello inconfundible del buen amigo Antonio, que nos hizo sonreir constantemente, con alusiones directas a nuestro barrio y sus fiestas. Y una intervención del autor también muy entretenida, en la que no desveló el contenido de la novela, como tenía que ser, y en la que relató a grandes rasgos como había llegado a ser escritor a lo largo de su interesante vida. Aún nos quedamos con las ganas de saber más cosas sobre ciertos viajes de los que salió vivo de milagro.


Os dejo el texto que preparó Antonio para la introducción, merece la pena leerlo, espero que os guste tanto como a mí.

JESÚS PIÑEIRO, LA OBSESIÓN DE AYALA

Todavía no ha sido escrito un manual que nos guíe a la hora de presentar una novela negra. Ese manual, todavía no escrito, y del que quizá esta presentación podría ser una de sus futuras páginas, nos diría, aunque no es lo que más importa, si deberíamos hablar de novela negra, o de esa otra palabra, llamada thriller, que a los españolitos nos recuerda más al cine que a la literatura. Porque la novela negra, por ser un género novelesco centrado, entre otras cosas, en el suspense de la trama, es muy susceptible de ser llevado al cine con facilidad y supuesto éxito de taquillas.

Como os decía, este manual inexistente, pero que ya veo en mi imaginación, podría bien llamarse “Cómo presentar novelas negras”, o “El buen presentador de novelas negras”, o bien “Conviértase en el Billy Cristal de las novelas negras”; en su segunda edición, la perspicaz e imaginaria editorial cambiaría el nombre del presentador por el del español Ramón García, una vez comprobado el fracaso en ventas con el americanismo. Pues bien, en ambas ediciones del manual, dentro de su capítulo 11, llamado “Ejemplos de presentaciones de novelas negras hechas en fiestas”, habría, de seguro, un parágrafo número 11, es decir el 11 del 11, intitulado “Cómo se presentó el libro La obsesión de Ayala de Jesús Piñeiro en las Fiestas de San Martín”.

A falta pues de este manual imaginario, de esta guía, de este lazarillo que nos ilumine a la hora de presentar, en este preciso instante deberíamos apagar la luz y callar en la negrura del local de esta asociación, que de manera tan amable, se nos cede para esta negra presentación. Esta presentación debería ser todo lo más un silencio negro. Pero no se alarmen, ni ustedes, ni nuestro presentado. Hacer del silencio y de la oscuridad, de la negrura en definitiva, la protagonista de nuestra presentación no tendría el fin de propiciar los tocamientos entre los asistentes, ni el de enojar a nuestro escritor, para cuya situación nuestro hispánico idioma también recurre al renegrido color mediante la expresión “ponerse uno negro”.

Ese capítulo del manual imaginario que estamos ya escribiendo, comenzaría pues con una página completamente negra por cariño, y ante todo, rigor y respeto hacia lo que resulta ser toda novela llamada negra. Como la definió Raymond Chandler, en su libro El simple arte de matar, la novela negra es la novela del mundo profesional del crimen unido al misterio. Y debe su nombre a dos factores que se creen al día de hoy muy precisos: el primero hace referencia a que originalmente fueron publicadas las primeras novelas de este tipo en la revista Black Mask de Estados Unidos, y en la colección Série Noire francesa. Y el segundo de ellos hace referencia a los ambientes "oscuros, negros, misteriosos” que en ella se logran.

En resumidas cuentas, la novela negra, lo mismo que ésta que hoy estamos presentando de Jesús Piñeiro, La obsesión de Ayala, se asocia a un tipo de novela, en muchas ocasiones policíaca, en la que la resolución del misterio final no es quizá en sí el objetivo principal; la novela negra es pues, sinónimo del suspenso y de la sorpresa continua en cada uno de sus giros y de sus tramas entrelazadas. Y es por rigor y por respeto al misterio, a la sorpresa y al suspense de un género tal, que deberíamos llevar ya varios minutos con la luz apagada y sin velas, sin decir absolutamente nada más que la nada. Nada que decir para no romper el misterio de La obsesión de Ayala que aquí se presenta. Nada que desvelar y todo que ocultar para ser consecuentes con la esencia de ésta novela negra que hoy presentamos aquí. Todo en esta presentación debería estar encaminado, de una manera obsesiva como reza su título, en definitiva, a preservar las sorpresas de la trama negra de La obsesión de Ayala.

¿Pero acaso este silencio es una presentación? ¿Acaso presentar no es poner de manera previa algo delante y a la vista de todos? ¿Acaso presentar no es desvelar, poner a la luz, todo lo contrario a la también oscura y ofuscante función que mi presentación promete? O es que las novelas negras no necesitan, por esencia entonces, ninguna presentación. Quizá ese manual sobre cómo presentar novelas negras deba quedarse más bien en su oscuro sitio, y quizá sólo deba tener su oscuro y negro lugar en las presentaciones de novelas negras como ésta de Jesús Piñeiro, quien, traicionando al género y a su novela, nos desgranará en breves instantes algunos de los motivos iniciales de su argumento.

Argumento de novela negra como el de las primeras de ellas escritas por los precursores de un género plagado de detectives, crímenes, pubs de medianoche y largas jornadas etílicas, pistolas humeantes, misterios, giros inesperados de la trama, esenciales sorpresas, primeras novelas negras, como digo, escritas por los precursores del género, como fueron Dashiell Hammett, de quien recordaremos El halcón maltés o El gran golpe, o quizá el más conocido por el público español y no por su nombre, Raymond Chandler, sino por el de su personaje, Phillip Marlowe, llevado al cine por Humphrey Bogart y Robert Michum, protagonistas entre otras de El sueño eterno, o La ventana siniestra.

Y si de toda una dinastía inaugurada por estos dos gigantes de la literatura negra proviene nuestro Jesús Piñeiro, lo mismo está emparentado, literariamente hablando, con quienes han hecho del género en nuestro país una fuente de creación constante. Así en lengua española han sobresalido, en este oscuro clan, Manuel Vázquez Montalbán, el llamado Chandler español, junto a su inspector Carvalho, Juan Madrid, autor entre otras de las conocidas Nada que hacer, Días contados o Brigada Central, y otros, por no excederme y citar solamente algunos nombres que puedan sonarles, como Andreu Martín, Lorenzo Silva, Eduardo Mendoza, Rodolfo Walsh o mi buen amigo y también guionista Fernando Marías.

En fin, para no cansarles más y dejar paso a Jesús Piñeiro, o, Jesús Pinegro, como me hubiera gustado bautizarlo, si yo fuera Dios, les relataré la negra anécdota de mi abuelo.

Mi abuelo era conocido en su pueblo como Antonio Negri, porque llevaba siempre una boina bien negra, y porque solía vestir siempre de inmaculado negro. A mi abuelo le encantaban las rancheras de Jorge Negrete, y flipaba en los mundiales con los regates de Pelé. Pero mi abuelo no sabía contar historias. Era el abuelo con más mala ostia, con más bilis negra del mundo, y encima, como yo, no se sabía ningún cuento.

Sin embargo sí que sabía callar y dar las buenas noches con severidad a la vez que con cariño, y era como muchos otros abuelos, cuando todos se han ido ya a dormir, el que apagaba siempre la luz. Apago pues la voz de esta negra presentación, dando paso a nuestro autor de La negra obsesión de Ayala.

Bienvenido, amigo, Jesús Piñeiro.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

ala vau sa dios que parrafada, josan nos quieres matar con leer tanto jeje

Anónimo dijo...

No todo van a ser rondas y conciertos, un poquito de literatura

Anónimo dijo...

venga menos quejarse y a leer que teneis un fin de semana entero para ello.

Anónimo dijo...

venga menos quejarse y a leer que teneis un fin de semana entero para ello.

Anónimo dijo...

di q si cabecica, espero q el tv lo comprasteis bueno, bonito y barato no?

Anónimo dijo...

ja,ja,ja de esos no había... ni habrá...

Anónimo dijo...

q pasa hoy aki, el puente a sido muy duro o q?
Cabecica q tal x la montaña, mucha juerga no?

Anónimo dijo...

Solo pienso en volver a ir a dormir al pepinillo otra vez.. que spa, que gimnasio...jejeje

Anónimo dijo...

holaaa!!q pasa hoy aqui?yo mr quede sin ver el super hostal de cuentame...pero la proxima vez alli ire, falto la guitarra eh??
puyu